Ayer ganó la Selección Española frente a Rusia, consiguiendo con ello un hito histórico dentro del ámbito futbolístico al conseguir clasificarse para la final de la Eurocopa. Ahora está en lo más alto y pugnará el domingo por alzarse con el triunfo frente a Alemania. ¿Qué hace este comentario en un blog de simulación histórica?¿Por qué lo hago yo, que no soy en absoluto aficionado al fútbol?. La razón es sencilla. Tras la victoria de la Selección contra Italia muchísima gente tuvo una euforia lógica. De repente, el orgullo patrio de más de uno se puso por las nubes (yo tampoco pude evitarlo, lo confieso). Por fin se pasaba de cuartos de final. Tras ello, el partido contra Rusia de semifinales se tomaba con una cautela interesante. Hmmmm, habían posibilidades y parecía que podíamos comernos el mundo y así fue. Tras una estrepitosa goleada y un muy buen juego que, incluso yo que no entiendo, pude apreciar, España se colocaba en la final contra Alemania. ¡¡El desparrame!!.
Ante la alegría generalizada, me puse a pensar: hoy una gran parte de la nación se siente orgullosa de ser española. ¡Qué interesante!. Alemania parece otro rival a batir, y la verdad es que creo que se puede hacer: ser campeones.
Sin embargo, no puedo evitar hacer ciertos paralelismos y creo, aunque sólo es mi opinión, que siempre ha habido Eurocopas, a pesar de que con anterioridad resultaban un tanto más peligrosas para sus participantes. Hace unos trescientos o doscientos y pico años se llamaba Guerra de la Sucesión Austríaca, o Guerra de los Siete Años, y en más de un conflicto de estos estuvimos presentes los españoles (recordemos Camposanto 1743). O, por poner otro ejemplo, durante la dominación española de los Paises Bajos o las Guerras de Italia (Pavía, 1525), en las que los partidos resultaban un tanto más violentos que los de ahora...
No obstante, la conclusión que intento extraer de todo esto es simplemente que pudiera darse el caso de que la euforia españolista que se vive en estos momentos gracias (de todo corazón) a la Selección, fuese muy similar a la que pudiera sentir la población de siglos anteriores ante la noticia de tal o cual victoria de los ejercitos del Emperador, del Rey o simplemente de españoles frente al enemigo; o viceversa, que el pesimismo que nos suele caracterizar en estas situaciones fuese similar a l de las derrotas de nuestros ejércitos por Europa.
Bien. Por mi parte, prefiero que conquistemos Europa de nuevo...
A por ellos!!
Ante la alegría generalizada, me puse a pensar: hoy una gran parte de la nación se siente orgullosa de ser española. ¡Qué interesante!. Alemania parece otro rival a batir, y la verdad es que creo que se puede hacer: ser campeones.
Sin embargo, no puedo evitar hacer ciertos paralelismos y creo, aunque sólo es mi opinión, que siempre ha habido Eurocopas, a pesar de que con anterioridad resultaban un tanto más peligrosas para sus participantes. Hace unos trescientos o doscientos y pico años se llamaba Guerra de la Sucesión Austríaca, o Guerra de los Siete Años, y en más de un conflicto de estos estuvimos presentes los españoles (recordemos Camposanto 1743). O, por poner otro ejemplo, durante la dominación española de los Paises Bajos o las Guerras de Italia (Pavía, 1525), en las que los partidos resultaban un tanto más violentos que los de ahora...
No obstante, la conclusión que intento extraer de todo esto es simplemente que pudiera darse el caso de que la euforia españolista que se vive en estos momentos gracias (de todo corazón) a la Selección, fuese muy similar a la que pudiera sentir la población de siglos anteriores ante la noticia de tal o cual victoria de los ejercitos del Emperador, del Rey o simplemente de españoles frente al enemigo; o viceversa, que el pesimismo que nos suele caracterizar en estas situaciones fuese similar a l de las derrotas de nuestros ejércitos por Europa.
Bien. Por mi parte, prefiero que conquistemos Europa de nuevo...
A por ellos!!
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