Como íbamos anunciando, gracias a las colaboraciones de mis amigos Falco y Manuel, este pasado fin de semana celebramos en el club la recreación de la batalla de Balaclava. En ella, los aliados ingleses, franceses y turcos se enfrentaban a los rusos por la posesión de una salida al Mar Negro, en este caso por Sebastopol, en la península de Crimea, en una batalla muy interesante de un período que no resulta demasiado habitual en nuestro club, aunque no por ello es menos atractivo.
Se trata de un período posterior a las guerras napoleónicas que está plagado de campañas y conflictos que tienen un especial interés porque son herederos directos de las guerras napoleónicas, pero contienen los suficientes rasgos distintivos como para tratarlos de modo diferente. Ejemplo de estos conflictos pueden ser esta misma Guerra de Crimea, dentro del juego de alianzas imperialistas europeas, o las guerras en las colonias africanas, o nuestras Guerras Carlistas o la Guerra Franco-Prusiana. En alguna ocasión hemos presentado alguna batalla de esta época. Mayormente hemos jugado a las Guerras Carlistas, ya que requiere menos plomo y principalmente gracias a la colección de Manolo, tenemos casi de todo.
Sin embargo, para Balaclava, el esfuerzo ha sido de Juanjo y de Frank, que han reunido sus miniaturas y han adquirido nuevas para la ocasión. Han pintado y preparado nuevas unidades para un período que promete dar más juego. La batalla ha sido orquestada por Juanjo, que dispuso el terreno de juego y puso las reglas especiales de escenario. Por cada bando estábamos Vicente, Frank, Manolo, Javier y Phil como ingleses, franceses y turcos; y Manuel, Jose, José Luis, José Antonio y yo como rusos.
Así pues, una vez que estaba ya todo dispuesto, se establecieron a lo largo de la semana los planes de batalla. Nuestro comandante en jefe, en esta ocasión Manuel, nos informó de cual podía ser la estrategia a seguir. En ella se proponía que en una primera fase las tropas de José y José Antonio atacasen el primer reducto y el pueblo de Kamara respectivamente, para luego establecer una finta alrederor de las alturas de Hiblak para mantener ocupadas a las posibles tropas que se hallasen allí.
José Luis tenía como objetivo primario el ataque a los dos reductos siguientes, mientras que yo protegería ambos flancos de su ataque con la caballería.
Manuel y sus tropas se encargarían de mantener ocupados a los franceses en caso de que tuviesen idea de bajar de sus posiciones, a la derecha de nuestras posiciones.
Con posterioridad a la toma de los reductos, de los cuales no había mucha duda de que cayeran, sino más bien de cuánto aguantarían, la fase siguiente consistía principalmente en que las columnas de José Luis se dirigieran hacia el centro, buscando cortar la línea de comunicación con Balaclava, tomando Kadikoi y apoyado por mi caballería, mientras que Jose y José Antonio atacaran si era posible las alturas de Hiblak. Manuel continuaría con su tarea de contención de los franceses en nuestro extremo derecho.
Así previstos los planes, dio comienzo la batalla. Los primeros momentos fueron tensos, mientras nuestras columnas se aproximaban a los reductos ocupados por tropas turcas, piquetes de defensa junto a una serie de baterías que nos aguardaban. No se hizo de esperar el cañoneo. Pronto nuestras columnas comenzaron a recibir disparos, más fuertes a medida que nos aproximábamos. La resistencia fue tenaz por parte de los turcos, que veían cómo sus posiciones eran rebasadas y asaltadas, luchando con gran ferocidad, rechazando incluso y poniendo en fuga a algunos de los asaltantes, para consternación nuestra. Sin embargo, era tan solo cuestión de tiempo que cayeran...
Una vez superado el primer escollo, nos disponíamos a proseguir con el plan establecido. En nuestro flanco izquierdo, José Antonio y Jose luchaban por la posesión de Kamara que ofreció una resistencia moderada, pero que en poco tiempo fue abandonada por los aliados. Mientras esto sucedía, el flanco derecho veía cómo los franceses comenzaban a bajar de las alturas, amenazando nuestro avance.
Nuestras columnas de centro se pusieron en marcha, cubiertas por la caballería, hacia su objetivo. Sin embargo, pronto aparecieron los problemas. La avanzadilla de la cabalería pesada hacía su aparición. Una batería a caballo comenzó a bombardear a nuestros infantes en su avance, sin causar grandes daños pero entorpeciendo su acción. Fue respondida rápidamente por nuestras baterías que si consiguieron hacer mella sobre esta, causando bajas entre los artilleros británicos. La caballería rusa, viendo que era posible deshacerse rápidamente de esta amenaza, cargó contra ella tras el bombardeo, poniéndola en fuga con celeridad. No obstante, la reacción de los jinetes pesados ingleses no se hizo esperar. Pese a estar preparados para un contraataque, nuestra cabalería tuvo muy mala fortuna y no pudo aguantar con firmeza el choque de los ingleses, que con habilidad y fortuna pusieron en serios aprietos a nuestro jinetes. Gracias a un contraataque de las baterías y fusilería desde lo alto de las colinas, se pudo frenar en gran medida la impetuosa carga británica, sin embargo, el mal ya estaba hecho. El flanco derecho, muy debilitado tras la carga inglesa, flaqueaba y se hallaba expuesto a próximos ataques que, sin duda vendrían.
Desde el flanco derecho las cosas comenzaban a estar apuradas. Los franceses avanzaban y se encontraban con nuestras tropas para contenerlas, sin embargo tropas de caballería conseguían pasar sin ser estorbadas, para acabar amenazando la retaguardia de nuestras posiciones en la colina. El avance de nuestra infantería continuaba, pero debía ser rápido, de lo contrario las cosas se irían complicando cada vez más... Sin embargo, los británicos impedían esta progresión, dificultándola y frenándola. Más aún, refuerzos de caballería pronto hicieron su aparición, al igual que más y más tropas inglesas a nuestra derecha, en lento pero imparable avance. Un nuevo ataque de los jinetes británicos acababa con las aspiraciones de nuestra caballería, dejando un muy expuesto flanco, que intentábamos taponar conforme podíamos. La partida comenzaba a estar muy dura para la Madre Rusia.
El avance en el otro flanco progresaba bien, pero lento. No conseguíamos nuestros objetivos y el tiempo se acababa. Sólo podíamos intentarlo una vez más... Sin embargo, el éxito de la batalla se nos esfumaba en esta ocasión. Los aliados aguantaron bien nuestras cargas, y los refuerzos que se aproximaban, así como el terrible desgaste de nuestros soldados impedían más acciones ofensivas. Así, tras 20 intensos turnos, la batalla se decidía en favor de los aliados. ¡Vaya!
Ha sido una, en mi opinión, batalla muy dura, ya que pese a no cometer fallos de envergadura y avanzar según lo planeado, la resistencia de nuestros contrincantes y la buena fortuna en sus ataques (o mala en nuestro caso, según se mire), nos quitó toda posibilidad de victoria. En fin, a ver si en la próxima ocasión estamos más finos con la fortuna.
La próxima batalla "oficial" la organizaré yo mismo y, cambiando de época, nos trasladaremos a las Guerras Pírricas, del s. III a.C. entre Roma y Pirro del Épiro.
Estoy acabando de preparar las reglas especiales de escenario y pronto pondré en conocimiento de mis compañeros quien será quién en cada caso. La batalla será HERACLEA (280 a.C). Falanges, elefantes, hastati, principes,... Todo el sabor de las guerras de la antigüedad sobre nuestro tablero. Hasta entonces...
Se trata de un período posterior a las guerras napoleónicas que está plagado de campañas y conflictos que tienen un especial interés porque son herederos directos de las guerras napoleónicas, pero contienen los suficientes rasgos distintivos como para tratarlos de modo diferente. Ejemplo de estos conflictos pueden ser esta misma Guerra de Crimea, dentro del juego de alianzas imperialistas europeas, o las guerras en las colonias africanas, o nuestras Guerras Carlistas o la Guerra Franco-Prusiana. En alguna ocasión hemos presentado alguna batalla de esta época. Mayormente hemos jugado a las Guerras Carlistas, ya que requiere menos plomo y principalmente gracias a la colección de Manolo, tenemos casi de todo.
Sin embargo, para Balaclava, el esfuerzo ha sido de Juanjo y de Frank, que han reunido sus miniaturas y han adquirido nuevas para la ocasión. Han pintado y preparado nuevas unidades para un período que promete dar más juego. La batalla ha sido orquestada por Juanjo, que dispuso el terreno de juego y puso las reglas especiales de escenario. Por cada bando estábamos Vicente, Frank, Manolo, Javier y Phil como ingleses, franceses y turcos; y Manuel, Jose, José Luis, José Antonio y yo como rusos.
Así pues, una vez que estaba ya todo dispuesto, se establecieron a lo largo de la semana los planes de batalla. Nuestro comandante en jefe, en esta ocasión Manuel, nos informó de cual podía ser la estrategia a seguir. En ella se proponía que en una primera fase las tropas de José y José Antonio atacasen el primer reducto y el pueblo de Kamara respectivamente, para luego establecer una finta alrederor de las alturas de Hiblak para mantener ocupadas a las posibles tropas que se hallasen allí.
José Luis tenía como objetivo primario el ataque a los dos reductos siguientes, mientras que yo protegería ambos flancos de su ataque con la caballería.
Manuel y sus tropas se encargarían de mantener ocupados a los franceses en caso de que tuviesen idea de bajar de sus posiciones, a la derecha de nuestras posiciones.
Con posterioridad a la toma de los reductos, de los cuales no había mucha duda de que cayeran, sino más bien de cuánto aguantarían, la fase siguiente consistía principalmente en que las columnas de José Luis se dirigieran hacia el centro, buscando cortar la línea de comunicación con Balaclava, tomando Kadikoi y apoyado por mi caballería, mientras que Jose y José Antonio atacaran si era posible las alturas de Hiblak. Manuel continuaría con su tarea de contención de los franceses en nuestro extremo derecho.
Así previstos los planes, dio comienzo la batalla. Los primeros momentos fueron tensos, mientras nuestras columnas se aproximaban a los reductos ocupados por tropas turcas, piquetes de defensa junto a una serie de baterías que nos aguardaban. No se hizo de esperar el cañoneo. Pronto nuestras columnas comenzaron a recibir disparos, más fuertes a medida que nos aproximábamos. La resistencia fue tenaz por parte de los turcos, que veían cómo sus posiciones eran rebasadas y asaltadas, luchando con gran ferocidad, rechazando incluso y poniendo en fuga a algunos de los asaltantes, para consternación nuestra. Sin embargo, era tan solo cuestión de tiempo que cayeran...
Una vez superado el primer escollo, nos disponíamos a proseguir con el plan establecido. En nuestro flanco izquierdo, José Antonio y Jose luchaban por la posesión de Kamara que ofreció una resistencia moderada, pero que en poco tiempo fue abandonada por los aliados. Mientras esto sucedía, el flanco derecho veía cómo los franceses comenzaban a bajar de las alturas, amenazando nuestro avance.
Nuestras columnas de centro se pusieron en marcha, cubiertas por la caballería, hacia su objetivo. Sin embargo, pronto aparecieron los problemas. La avanzadilla de la cabalería pesada hacía su aparición. Una batería a caballo comenzó a bombardear a nuestros infantes en su avance, sin causar grandes daños pero entorpeciendo su acción. Fue respondida rápidamente por nuestras baterías que si consiguieron hacer mella sobre esta, causando bajas entre los artilleros británicos. La caballería rusa, viendo que era posible deshacerse rápidamente de esta amenaza, cargó contra ella tras el bombardeo, poniéndola en fuga con celeridad. No obstante, la reacción de los jinetes pesados ingleses no se hizo esperar. Pese a estar preparados para un contraataque, nuestra cabalería tuvo muy mala fortuna y no pudo aguantar con firmeza el choque de los ingleses, que con habilidad y fortuna pusieron en serios aprietos a nuestro jinetes. Gracias a un contraataque de las baterías y fusilería desde lo alto de las colinas, se pudo frenar en gran medida la impetuosa carga británica, sin embargo, el mal ya estaba hecho. El flanco derecho, muy debilitado tras la carga inglesa, flaqueaba y se hallaba expuesto a próximos ataques que, sin duda vendrían.
Desde el flanco derecho las cosas comenzaban a estar apuradas. Los franceses avanzaban y se encontraban con nuestras tropas para contenerlas, sin embargo tropas de caballería conseguían pasar sin ser estorbadas, para acabar amenazando la retaguardia de nuestras posiciones en la colina. El avance de nuestra infantería continuaba, pero debía ser rápido, de lo contrario las cosas se irían complicando cada vez más... Sin embargo, los británicos impedían esta progresión, dificultándola y frenándola. Más aún, refuerzos de caballería pronto hicieron su aparición, al igual que más y más tropas inglesas a nuestra derecha, en lento pero imparable avance. Un nuevo ataque de los jinetes británicos acababa con las aspiraciones de nuestra caballería, dejando un muy expuesto flanco, que intentábamos taponar conforme podíamos. La partida comenzaba a estar muy dura para la Madre Rusia.
El avance en el otro flanco progresaba bien, pero lento. No conseguíamos nuestros objetivos y el tiempo se acababa. Sólo podíamos intentarlo una vez más... Sin embargo, el éxito de la batalla se nos esfumaba en esta ocasión. Los aliados aguantaron bien nuestras cargas, y los refuerzos que se aproximaban, así como el terrible desgaste de nuestros soldados impedían más acciones ofensivas. Así, tras 20 intensos turnos, la batalla se decidía en favor de los aliados. ¡Vaya!
Ha sido una, en mi opinión, batalla muy dura, ya que pese a no cometer fallos de envergadura y avanzar según lo planeado, la resistencia de nuestros contrincantes y la buena fortuna en sus ataques (o mala en nuestro caso, según se mire), nos quitó toda posibilidad de victoria. En fin, a ver si en la próxima ocasión estamos más finos con la fortuna.
La próxima batalla "oficial" la organizaré yo mismo y, cambiando de época, nos trasladaremos a las Guerras Pírricas, del s. III a.C. entre Roma y Pirro del Épiro.
Estoy acabando de preparar las reglas especiales de escenario y pronto pondré en conocimiento de mis compañeros quien será quién en cada caso. La batalla será HERACLEA (280 a.C). Falanges, elefantes, hastati, principes,... Todo el sabor de las guerras de la antigüedad sobre nuestro tablero. Hasta entonces...
Comentarios
En un futuro es una cuestión de revisar las condiciones de victoria. Lo que he comentado otras veces. Complicar el juego lo hace más atractivo, pero más dificil de jugar.
Fdo. El lloron de
Krusty
parece que finalmente la línea roja no fue tan delgada...
felicidades, un escenario de batalla fenomenal.
Fdo. El lloro impenitente