origen de la imagen
El pasado fin de semana celebramos la partida del mes. Esta vez el árbitro fue Jose Luis y diseño un escenario no histórico ambientado en la época naopleónica a la que llamó batalla de Tivoli.
La experiencia fue bastante positiva y original. Inicialmente los comandantes en jefe fueron los que eligieron a los compañeros de equipo. Generalmente solemos echarlo a suertes o en otros casos es el árbitro el que impone los equipos. Después se pasó el mapa a dichos Comandantes con los posibles objetivos y el orden de batalla. El Comandante debía de asignar objetivos a los diferentes generales. Si los cumplían obtenían puntos. Si en el proceso sufrían bajas se le quitaban puntos.
Otra originalidad. Cada general salía por un sitio y no teníamos ni idea de por donde podía venir el enemigo, ni por supuesto que cantidad y calidad tenían sus tropas. Adicionalmente, en el campo de batalla podríamos encontrar "sorpresas".
La verdad es que salió una partida bastante dinámica y entretenida en el que por un lado se enfrentaron Pedro y Vicente contra Jose y Juanjo por la posesión de un pueblo. Y por otro nos enfrentamos Manolo, Jose Antonio y Vicente contra Fran y yo. Jose aguantó valientemente las embestidas de los rusos y austriacos en el pueblo, mientras que Fran y yo fuimos sistemáticamente machacados por los franceses y españoles. La caballería de Juanjo acabó por dar la puntilla a los austriacos dirigidos por Pedro. En nuestro sector de mi caballería no quedaron ni las herraduras y los británicos fueron barridos por las columnas francesas despues de un último y desesperado intento de romper las líneas enemigas. El bando franco-español se alzó con una victoria merecida.
El pasado fin de semana celebramos la partida del mes. Esta vez el árbitro fue Jose Luis y diseño un escenario no histórico ambientado en la época naopleónica a la que llamó batalla de Tivoli.
La experiencia fue bastante positiva y original. Inicialmente los comandantes en jefe fueron los que eligieron a los compañeros de equipo. Generalmente solemos echarlo a suertes o en otros casos es el árbitro el que impone los equipos. Después se pasó el mapa a dichos Comandantes con los posibles objetivos y el orden de batalla. El Comandante debía de asignar objetivos a los diferentes generales. Si los cumplían obtenían puntos. Si en el proceso sufrían bajas se le quitaban puntos.
Otra originalidad. Cada general salía por un sitio y no teníamos ni idea de por donde podía venir el enemigo, ni por supuesto que cantidad y calidad tenían sus tropas. Adicionalmente, en el campo de batalla podríamos encontrar "sorpresas".
La verdad es que salió una partida bastante dinámica y entretenida en el que por un lado se enfrentaron Pedro y Vicente contra Jose y Juanjo por la posesión de un pueblo. Y por otro nos enfrentamos Manolo, Jose Antonio y Vicente contra Fran y yo. Jose aguantó valientemente las embestidas de los rusos y austriacos en el pueblo, mientras que Fran y yo fuimos sistemáticamente machacados por los franceses y españoles. La caballería de Juanjo acabó por dar la puntilla a los austriacos dirigidos por Pedro. En nuestro sector de mi caballería no quedaron ni las herraduras y los británicos fueron barridos por las columnas francesas despues de un último y desesperado intento de romper las líneas enemigas. El bando franco-español se alzó con una victoria merecida.
Para el próximo enfrentamiento Juanjo ya ha diseñado el escenario. Volveran a enfrentarse los franceses, los británicos y los rusos. Pero esta vez será en Balaclava.
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Un saludo
El malvado arbitro