Macrobatalla de día entero. Éso fue Minden. Un buen montón de miniaturas sobre el tablero, también de dimensiones extraordinarias. Muchos pueblos de por medio y mucha batería arrojando plomo sobre la mesa. Era una batalla que en el club la queríamos hacer desde hace tiempo, y finalmente este pasado fin de semana conseguimos llevarla a cabo. En cada bando rival estábamos Manolo, Juan, Vicente y yo como aliados ingleses y hannoverianos, mientras que como franceses teníamos a José Luis, Jose, Javi y Rafa.
Minden se engloba dentro del conflicto de la Guerra de los Siete Años, de 1756 a 1763, y que enfrentó a Austria, Sajonia, Francia, Rusia, Suecia y España contra Prusia, Hannover y Gran Bretaña por el control de Silesia, perdida por los austríacos durante la Guerra de Sucesión Austríaca.
Durante la semana de la batalla nos llegaron las órdenes de nuestros "comandantes en jefe", explicándonos el plan de batalla y las posiciones que ocuparíamos cada uno. En nuestro caso, de derecha a izquierda estaría Vicente, cubriendo el flanco derecho, y con la misión de tomar el primer pueblo en dirección a Minden, a la vez que apoyaría el ataque principal, que lo llevaría a cabo Juan en el centro, apoyado a su vez y a su izquierda por Manolo, que con tropas de alta moral atacaría también junto a Juan. Al extremo izquierdo me encontraba yo, con la misión de fijar a las tropas enemigas al terreno, amenazándolas en caso de que comenzaran a girar hacia el centro. Con todo, comenzamos la batalla. Al poco, nos fuimos dando cuenta de que nuestro planteamiento no había sido del todo correcto. En realidad, no teníamos una zona con fuerzas concentradas para hacer un fuerte ataque. La falta de tropas nos había hecho plantearnos una dispersión demasiado acusada.
La batalla dió comienzo con nuestro avance, que se vió frenado rápidamente en dos puntos: el centro, batido por las baterías francesas sin piedad y el flanco derecho, que vió como unas unidades de caballería se aproximaban de forma vertiginosa hacia unas descubiertas baterías que avanzaban por el camino, cayendo sobre ellas como una apisonadora y barriéndolas rápidamente. ¡Empezábamos bien!.
La tónica de nuestro ataque fué esta. Bombardeo intenso, del que pocas veces nuestras tropas se salvaron y que mermaron de modo considerable sus fuerzas, y ataques de flanco de los franceses. Todos nuestros intentos por crear una brecha en sus líneas fueron vanos, consiguiendo los franceses más y más ventaja conforme nuestras unidades se iban dispersando.
La verdad es que fue una vistosa batalla, y muy tensa y entretenida. Sin embargo no tuvimos ocasión de equilibrar en un momento determinado la balanza a nuestro favor. Por mi parte, me quedé en mi flanco, con escasas tropas para enfrentarme a Jose frente a mí, cañonenando a sus tropas con la esperanza de ablandarlo al menos un poco, por si llegábamos a tener que enfrentarnos, atacando con mi caballería en puntos concretos, pero sin poder coordinar un ataque serio de ningún modo. Tan sólo tuve la oportunidad de cruzar balas al final, cuando ya todo se daba por perdido, y como dice el refrán, perdidos por mil, perdidos por mil quinientos...
Otra vez será, espero.
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