Pues sí, parece que esto marcha.
El próximo sábado 25 vamos a celebrar la partida de inauguración de la nueva sede del Club Estandarte en Onil. En un principio habíamos pensado en repetir la segunda batalla de Castalla ya que tuvo lugar muy cerca de este pueblo. Pero probablemente vayamos a repetirla cuando se repitan las celebraciones de dicha batalla uno de estos años. Así que en su lugar se ha seleccionado la Batalla de Marengo que aconteció en Italia el 14 de junio de 1800.
La batalla de Marengo es famosa por varias cosas. La primera porque Napoleón fue tomado por sorpresa, algo totalmente único. La segunda porque fue salvado de la derrota por la oportuna llegada del general Desaix al comienzo de la tarde. Se cuenta que al llegar vio a Napoleón organizando la retirada, y tras ver el panorama dijo: Esta batalla está perdida, pero aun hay tiempo para ganar otra - y se lanzó al contraataque al frente de sus tropas. Así alcanzó la gloria, em ambos sentidos, porque fue el verdadero vencedor de Marengo y porque murió durante el combate. Lo cual le vino muy bien a Napoleón pues no tuvo que compartir los laureles con un vivo, sino con su espíritu.
Pero hay otra cosa que Napoleón no compartió con el malogrado Desaix, y esta fue la cena. La tercera cosa por la que es famosa esta batalla es por ser el origen de la receta "Pollo a la Marengo". Durante el combate Napoleón no tuvo tiempo de probar bocado (lo que nos da una idea de como debieron de irle las cosas). Para colmo de males su cocina de campaña con sus provisiones fue destruida. Así que tras derrotar a los austriacos y lamentar la perdida de Desaix, al Primer Consul de la France le estaban sonando las tripas y eso no era muy heroico que digamos. Napoleón le urgió a su cocinero, Monsieur Durand, para que pusiera remedio a la situación. Durand probablemente envió a los mamelucos a requisar cualquier cosa que hubiera en las granjas de alrededor y éstos encontraron: Unas gallinas, algo de pan, mantequilla, huevos, tomates, champiñones, cangrejos, vino blanco de la zona y aceite. No era mucho, pero Durand era un tipo con imaginación y haciendo de la necesidad virtud, se puso a cocinar. Se cuenta que Durand también perdió los utensilios de cocina y se vió obligado a utilizar un sable de un mameluco para cortar las aves. La receta, según el estupendo blog de Apicius, parece ser que es la siguiente:
Saltear el pollo con aceite y mantequilla por mitad. Mojarlo con un decilitro de vino blanco, agregar una docena de cabezas de champiñón frescos salteados en aceite. Una punta de ajo, un decilitro y medio de salsa media glasa con unas cucharadas de salsa de tomate. Disponer el pollo en una fuente y cubrirlo con la salsa y los champiñones. Rodearlo con pedazos de pan fritos y cortados en forma de corazón, cuatro huevos fritos y cuatro cangrejos cocidos en un caldo corto; espolvorear la superficie con perejil picado.
Doy fe que es un plato bastante sabroso, pero supongo que a Napoleón le tuvo que saber mucho mejor. No en vano acababa de ganar la victoria que le daría toda Italia y que con el tiempo le llevaría a ser emperador.
Comentarios
Lamento no poder asistir. Me pasaré el sábado currando por la mañana, limpiando mi casa por la tarde y por la noche realizando cosas inconfesables.
La verdad es que me hace ilusión el club. Me hace ilusión el espacio, el plomo y sobre todo contagiarme de la ilusión de los demás. Pero bueno esto sólo es el principio. El futuro se nos presenta esperanzador.
Jose Luis
aka Krusty
Manolo