El pasado fin de semana celebramos un encuentro en el que enfrentamos a los Neo Asirios contra el ejército egipcio, en una batalla que orquestó Manolo estupendamente, como es costumbre en él.
Para que os hagais una idea, el terreno era, como corresponde a la zona geográfica, en su mayor parte liso y despejado, un campo perfecto para el empleo de carros de los cuales los Neo Asirios tenían un considerable número. Tan solo había un accidente geográfico , unos oasis, a la derecha de las posiciones egipcias.
Las fuerzas de uno y otro bando estaban compensadas. Los Neo Asirios eran más numerosos en caballería, mientras que la calidad de tropa de los egipcios, con quienes me tocó en suerte ir, era en general superior. En fin, todo un escenario equilibrado que auguraba buena lucha y resultado imprevisible.
Los planes se trazaron y se dispuso todo para la batalla, que comenzó de forma espectacular: los Neo Asirios habían desplegado un centro bastante contundente, con todos sus carros pesados en línea, mientras que a su derecha alineaba gran parte de la caballería y camellos, junto a infantería pesada, teniendo a su flanco izquierdo otro nutrido grupo de caballería ligera e infantería, encargados al parecer de tomar y mantener el oasis y presionar a nuestras tropas desde allí.
También contaban con una reserva de infantería pesada en retaguardia, dispuesta a desplazarse allí donde fuese necesario.
Desde nuestro bando, yo tuve el privilegio de llevar el centro, que contaba con dos divisiones (el ejército egipcio parece ser que se organizaba así) de infantería de gran calidad, junto a arqueros medios, ligeros y carros ligeros, verdaderas plataformas de disparo móvil. Mis planes estaban en la línea de atacar el centro de carros con una de las divisiones, mientras que con la otra apoyaría a la división de mi derecha, que estaría ocupada tomando el oasis y desalojando de allí a los Asirios. A mi izquierda, otra división se encargaría de presionar a la caballería para hacerla retroceder y huir, teniendo ese flanco una especial importancia, ya que pretendíamos penetrar en sus defensas principalmente por ahí. La reserva del faraón incidiría especialmente sobre ese punto, con lo cual todo indicaba que era ese el foco más importante de conflicto.
Con todo ello comenzó el intenso combate, que no se demoró mucho en mostrar la crudeza y la decisión de los generales. Los intercambios de disparos en nuestro flanco derecho, en la pugna por la posesión del oasis, no se hicieron esperar. Las tropas de infantería de ambos bandos se enfrentaban entre las palmeras, mientras que la caballería asiria hacía frente a los disparos y embites de los carros ligeros egipcios de ambas divisiones, que tenían como objetivo desbaratar a estos jinetes y rodear el oasis, aniquilando así a las tropas allí concentradas.
Mientras tanto, en el centro la acción iba mostrándose en el intercambio de disparos entre las infanterías ligeras y los primeros carros que llegaba a la zona de conflicto. Pronto se llegó al cuerpo a cuerpo, en el que como es natural, los pesados carros asirios buscaron principalmente a sus oponentes egipcios, armados más a la ligera, mientras que mi infantería buscaba con ahínco enfrentarse a estos carros con la fundada esperanza de desbaratarlos y abrir una brecha en el centro.
En nuestro flanco izquierdo , la acción se desarrollaba con mayor cautela, si llegar ninguno de los bandos a contactar plenamente, si bien el ataque de los carros asirios se desarrolló igualmente por ese lado.
Al igual que sucedió en el informe de batalla de Pavía, la victoria no se decantaba por ninguno de los dos bandos de forma clara, aunque una muy atrevida y exitosa maniobra del comandante asirio enfrentado en oasis le llevó al combate personal contra el comandante de mi división más cercana a dicho oasis, a quién derrotó, desmoralizando por completo a este grupo, anclándolo en sus posiciones e impidiendo que realizaran más ataques efectivos, permitiendo tan sólo que se fuesen replegando y disparando a la vez. Muy, pero que muy reñido el combate.
Finalmente, la victoria se inclinó por el bando neo Asirio, que capturó en una penetración de sus carros, al Faraón. ¡Por Rá!¿No ganaré nunca una batalla, qué rabia!.
En conclusión, muy buena la batalla, de esas que da gusto jugar por la intensidad de los combates.
Lo positivo en mi opinión personal: cada vez me siento más seguro en las maniobras y combates. Cada batalla que pasa veo más claro donde debo atacar y cómo, donde debo defender con más tenacidad. Todo es práctica, pero en este caso, cada vez me divierto más.
Lo negativo, la tensión innecesaria generada por discursiones que no llevan a ninguna parte y desconcentran a los compañeros. No es lo habitual, pero a veces puede pasar. En fin, a ver que pasa en la próxima. Parece ser que será de la Guerra de los 30 Años. Hmmmm. Interesante.
¡¡Hasta la próxima.!!
P.D. :Pronto pondré fotos de Godos ya pintados, para complementar a los romanos tardíos. En tener una unidad completa, los pondré guapos y os los enseñaré.
Para que os hagais una idea, el terreno era, como corresponde a la zona geográfica, en su mayor parte liso y despejado, un campo perfecto para el empleo de carros de los cuales los Neo Asirios tenían un considerable número. Tan solo había un accidente geográfico , unos oasis, a la derecha de las posiciones egipcias.
Las fuerzas de uno y otro bando estaban compensadas. Los Neo Asirios eran más numerosos en caballería, mientras que la calidad de tropa de los egipcios, con quienes me tocó en suerte ir, era en general superior. En fin, todo un escenario equilibrado que auguraba buena lucha y resultado imprevisible.
Los planes se trazaron y se dispuso todo para la batalla, que comenzó de forma espectacular: los Neo Asirios habían desplegado un centro bastante contundente, con todos sus carros pesados en línea, mientras que a su derecha alineaba gran parte de la caballería y camellos, junto a infantería pesada, teniendo a su flanco izquierdo otro nutrido grupo de caballería ligera e infantería, encargados al parecer de tomar y mantener el oasis y presionar a nuestras tropas desde allí.
También contaban con una reserva de infantería pesada en retaguardia, dispuesta a desplazarse allí donde fuese necesario.
Desde nuestro bando, yo tuve el privilegio de llevar el centro, que contaba con dos divisiones (el ejército egipcio parece ser que se organizaba así) de infantería de gran calidad, junto a arqueros medios, ligeros y carros ligeros, verdaderas plataformas de disparo móvil. Mis planes estaban en la línea de atacar el centro de carros con una de las divisiones, mientras que con la otra apoyaría a la división de mi derecha, que estaría ocupada tomando el oasis y desalojando de allí a los Asirios. A mi izquierda, otra división se encargaría de presionar a la caballería para hacerla retroceder y huir, teniendo ese flanco una especial importancia, ya que pretendíamos penetrar en sus defensas principalmente por ahí. La reserva del faraón incidiría especialmente sobre ese punto, con lo cual todo indicaba que era ese el foco más importante de conflicto.
Con todo ello comenzó el intenso combate, que no se demoró mucho en mostrar la crudeza y la decisión de los generales. Los intercambios de disparos en nuestro flanco derecho, en la pugna por la posesión del oasis, no se hicieron esperar. Las tropas de infantería de ambos bandos se enfrentaban entre las palmeras, mientras que la caballería asiria hacía frente a los disparos y embites de los carros ligeros egipcios de ambas divisiones, que tenían como objetivo desbaratar a estos jinetes y rodear el oasis, aniquilando así a las tropas allí concentradas.
Mientras tanto, en el centro la acción iba mostrándose en el intercambio de disparos entre las infanterías ligeras y los primeros carros que llegaba a la zona de conflicto. Pronto se llegó al cuerpo a cuerpo, en el que como es natural, los pesados carros asirios buscaron principalmente a sus oponentes egipcios, armados más a la ligera, mientras que mi infantería buscaba con ahínco enfrentarse a estos carros con la fundada esperanza de desbaratarlos y abrir una brecha en el centro.
En nuestro flanco izquierdo , la acción se desarrollaba con mayor cautela, si llegar ninguno de los bandos a contactar plenamente, si bien el ataque de los carros asirios se desarrolló igualmente por ese lado.
Al igual que sucedió en el informe de batalla de Pavía, la victoria no se decantaba por ninguno de los dos bandos de forma clara, aunque una muy atrevida y exitosa maniobra del comandante asirio enfrentado en oasis le llevó al combate personal contra el comandante de mi división más cercana a dicho oasis, a quién derrotó, desmoralizando por completo a este grupo, anclándolo en sus posiciones e impidiendo que realizaran más ataques efectivos, permitiendo tan sólo que se fuesen replegando y disparando a la vez. Muy, pero que muy reñido el combate.
Finalmente, la victoria se inclinó por el bando neo Asirio, que capturó en una penetración de sus carros, al Faraón. ¡Por Rá!¿No ganaré nunca una batalla, qué rabia!.
En conclusión, muy buena la batalla, de esas que da gusto jugar por la intensidad de los combates.
Lo positivo en mi opinión personal: cada vez me siento más seguro en las maniobras y combates. Cada batalla que pasa veo más claro donde debo atacar y cómo, donde debo defender con más tenacidad. Todo es práctica, pero en este caso, cada vez me divierto más.
Lo negativo, la tensión innecesaria generada por discursiones que no llevan a ninguna parte y desconcentran a los compañeros. No es lo habitual, pero a veces puede pasar. En fin, a ver que pasa en la próxima. Parece ser que será de la Guerra de los 30 Años. Hmmmm. Interesante.
¡¡Hasta la próxima.!!
P.D. :Pronto pondré fotos de Godos ya pintados, para complementar a los romanos tardíos. En tener una unidad completa, los pondré guapos y os los enseñaré.
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