Acabo de terminar la lectura de "Waterloo", de Alessandro Barbero, y no puedo dejar la ocasión de comentar mis impresiones sobre este libro. Es la segunda incursión que hago en este autor, después de "El día de los bárbaros", que ya me resultó fascinante, y de nuevo he disfrutado como nunca de la lectura. Indagaré sobre la bibliografía de este historiador italiano que tiene gran habilidad para narrar las cosas, que no es poco. Tenía interés en leer el libro sobre todo a raíz de la recreación que el club hizo en Alcoy a finales de junio, y que desgraciadamente no pude disfrutar, y mi amigo Alvar Fáñez me lo dejó.
Probablemente seré declarado hereje y quemado en la hoguera cuando mis compañeros de club sepan que a parte de cuatro detalles sobre la batalla, la desconocía totalmente, tanto en su desarrollo como en sus protagonistas (salvo evidentemente Napoleón y Wellington). Y es que cuando uno se forma como historiador lo primero que debe tener en cuenta cuando estudia las guerras es cómo se producen y qué consecuencias comportan (tratados de paz, cambios territoriales), y las batallas y su desarrollo quedan en un segundo plano. Ahora es cuando estoy empezando a introducirme en la historia militar y las pocas incursiones que he hecho de momento han sido todo un acierto.
"Waterloo" es un libro que te engancha desde el primer momento, que narra los hechos con emoción, detallismo (sin caer en la monotonía) e intentando explicar la versión de los hechos más plausible. Para un neófito como yo de las técnicas bélicas en época napoleónica (y de otras épocas, je, je), que el autor dedique algunos párrafos a explicar qué ventajas tiene el cuadro sobre la línea ante caballería, el papel de la artillería o la forma de organizarse los regimientos sobre el terreno no tiene precio. He aprendido mucho con este libro. Como no estoy capacitado para hacer comentarios expertos sobre la estrategia en la batalla, sí diré que el planteamiento de Napoleón me pareció acertado ya que tuvo contra las cuerdas al ejército aliado, aunque cometió errorres, como el de no vigilar mejor su flanco derecho para evitar la sorpresa prusiana. Por otro lado me sorprendió mucho el papel tan importante que juegan los fusileros ingleses y los tiradores franceses durante la batalla, sobre todo en Hougomount y la Haye Sainte. En fin, fue toda una carnicería que acabó con la Grande Armée.
Seguiremos hablando de libros. Hasta pronto.
Comentarios
Nadie nace sabiendo. De todas formas es curioso el planteamiento de la carrera de Historia. Se enseña el "por qué se produce" pero no se suele explicar el "por qué se gana". Y a veces tienen mucho que ver ambas cuestiones, pues en más de una vez una potencia o un país se mete en una guerra pensando que la va a ganar y luego sale trasquilada.
Un saludo