Tras la maratoniana batalla del anterior fin de semana, este pasado sábado 25 de julio celebramos la recreación de la batalla de Tanneberg, la de 1410, también conocida como la batalla de Grünwald. Además, resultaba que era la primera batalla orquestada por el último de nuestros miembros, José Antonio.
La verdad es que a mi me parecía una gran batalla, con poca información fiable del número de tropas implicadas y un tanto difícil para manejarse con tantas unidades. Sin embargo, José Antonio estableció con bastante pericia el cómputo de tropas, lo que permitió una jugabilidad asequible.
Lamentablemente, mi cámara me jugó una mala pasada y no pude realizar fotos. Mea culpa, ¡que le vamos a hacer!.
En esta batalla, me tocó el bando polaco-lituano, que superaba en número a los teutones, si bien no en calidad de tropa, ya que buena parte del ala lituana tenía una calidad de tropa bastante baja. Habían posibilidades, pero había que hacerlo bien. La distribución de tropas recayó del modo siguiente: Vicente llevaría al rey polaco Ladislao II con el centro y derecha polacos. Junto a él estaría yo como el impronunciable Zbigniew de Brzezie, mariscal polaco, al mando de la caballería en el ala izquierda. Los aliados lituanos estaban formados por Jose, en el ala izquierda lituana, Jose Luis en el centro y Manuel con la caballería tártara.
Es una verdadera pena no disponer de fotos ya que se podría comprobar que el campo de batalla era muy extenso, y los movimientos debían calcularse con bastante rapidez, ya que desplazarse de una punta a otra del escenario podía suponer muchos turnos, sobre todo para la infantería. Ello implicaba que las posibilidades de auxilio desde el flanco polaco hacia el lituano iban a ser pocas.
Creo que esta vez seré breve, ya que al no disponer de fotos, puede ser un tostón comentar todos los azares de la batalla si explicación gráfica.
Los teutones desplegaron concentrados a nuestra derecha, al parecer con intenciones de destruir principalmente a los lituanos. Al ver este despliegue pedí permiso a mi comandante en jefe para ir a la carrera a buscar a los teutones, ya que parecía claro que en mi flanco no habría actividad y era mejor apresurarse para auxiliar a los lituanos quienes pronto se vieron implicados en los ataques de los teutones, sufriendo pérdidas importantes.
El hecho de movilizar mis tropas hacia el enemigo produjo que parte de su caballería se dirigiera hacia donde yo avanzaba para cerrarme el paso, así como varias unidades de infantería intentaban controlar el otro área de paso por donde podía penetrar con mis jinetes fuertemente armados. Las tropas de Ladislao (Vicente) comenzaron también a avanzar hacia la zona de conflicto, pero las distancias no perdonaban y su socorro no llegaría a tiempo.
Así, mientras las tropas de Jose luchaban contra los teutones, en un continuo rifirrafe de cargas y contracargas, el centro de José Luís era duramente castigado, a la vez que las monturas ligeras de los tártaros de Manuel intentaban recortar distancias en el recuento de unidades perdidas sin conseguirlo. El auxilio llegaba, pero se estrellaba contra unos muy bien formados cuadros de infantería que repelían con un éxito nefasto para nuestras tropas las cargas de la caballería polaca, que insistía una y otra vez en su empeño por hacer un hueco por donde atravesar las líneas teutonas y coger a los atacantes por la espalda. La otra alternativa de socorro provenía del norte, pero mis jinetes se veían igualmente frenados por la caballería germánica, quienes aprovechando el terreno no permitían que mis refuerzos de caballería coronaran con éxito el ataque...
No se cuántas veces cargué contra esos cuadros dichosos. La fortuna no estuvo de mi parte en esta ocasión, ya que era importante abrir un hueco en esa zona que hubiese dado un respiro a los pobres lituanos, que sucumbían sin remedio. Las lanzas de la infantería teutona se alzaban en fiera estampa contra mis caballeros cargados de armadura que luchában con frenesí, estrellando sus monturas contra el bosque firme de picas. Una bonita estampa, aunque hubiese deseado ver quebrantados a esos infantes valerosos.
Fue una equilibrada batalla (¡Bravo, José Antonio!), dura, áspera en algún momento, en la que la balanza se decantó ora por unos, ora por otros, con estupendas posibilidades de victoria para ambos bandos en determinados momentos, que en esta ocasión trocáronse en humo para los polaco-lituanos, que veíamos cómo el incremento de nuestras bajas hacía que el triunfo se nos alejara con cada carga. El último intento de penetración por parte de Vicente y mía quedó en agua de borrajas, viéndonos frenados mientras la reserva de caballería teutona, al mando de Juan, remataba la faena y nos hacía perder la batalla.
Bueno. La próxima, a finales de agosto, si entre medias del período vacacional (¡Dios, no llegan nunca estas malditas vacaciones!) no hacemos alguna otra cosilla aislada. Ya veremos...
La verdad es que a mi me parecía una gran batalla, con poca información fiable del número de tropas implicadas y un tanto difícil para manejarse con tantas unidades. Sin embargo, José Antonio estableció con bastante pericia el cómputo de tropas, lo que permitió una jugabilidad asequible.
Lamentablemente, mi cámara me jugó una mala pasada y no pude realizar fotos. Mea culpa, ¡que le vamos a hacer!.
En esta batalla, me tocó el bando polaco-lituano, que superaba en número a los teutones, si bien no en calidad de tropa, ya que buena parte del ala lituana tenía una calidad de tropa bastante baja. Habían posibilidades, pero había que hacerlo bien. La distribución de tropas recayó del modo siguiente: Vicente llevaría al rey polaco Ladislao II con el centro y derecha polacos. Junto a él estaría yo como el impronunciable Zbigniew de Brzezie, mariscal polaco, al mando de la caballería en el ala izquierda. Los aliados lituanos estaban formados por Jose, en el ala izquierda lituana, Jose Luis en el centro y Manuel con la caballería tártara.
Es una verdadera pena no disponer de fotos ya que se podría comprobar que el campo de batalla era muy extenso, y los movimientos debían calcularse con bastante rapidez, ya que desplazarse de una punta a otra del escenario podía suponer muchos turnos, sobre todo para la infantería. Ello implicaba que las posibilidades de auxilio desde el flanco polaco hacia el lituano iban a ser pocas.
Creo que esta vez seré breve, ya que al no disponer de fotos, puede ser un tostón comentar todos los azares de la batalla si explicación gráfica.
Los teutones desplegaron concentrados a nuestra derecha, al parecer con intenciones de destruir principalmente a los lituanos. Al ver este despliegue pedí permiso a mi comandante en jefe para ir a la carrera a buscar a los teutones, ya que parecía claro que en mi flanco no habría actividad y era mejor apresurarse para auxiliar a los lituanos quienes pronto se vieron implicados en los ataques de los teutones, sufriendo pérdidas importantes.
El hecho de movilizar mis tropas hacia el enemigo produjo que parte de su caballería se dirigiera hacia donde yo avanzaba para cerrarme el paso, así como varias unidades de infantería intentaban controlar el otro área de paso por donde podía penetrar con mis jinetes fuertemente armados. Las tropas de Ladislao (Vicente) comenzaron también a avanzar hacia la zona de conflicto, pero las distancias no perdonaban y su socorro no llegaría a tiempo.
Así, mientras las tropas de Jose luchaban contra los teutones, en un continuo rifirrafe de cargas y contracargas, el centro de José Luís era duramente castigado, a la vez que las monturas ligeras de los tártaros de Manuel intentaban recortar distancias en el recuento de unidades perdidas sin conseguirlo. El auxilio llegaba, pero se estrellaba contra unos muy bien formados cuadros de infantería que repelían con un éxito nefasto para nuestras tropas las cargas de la caballería polaca, que insistía una y otra vez en su empeño por hacer un hueco por donde atravesar las líneas teutonas y coger a los atacantes por la espalda. La otra alternativa de socorro provenía del norte, pero mis jinetes se veían igualmente frenados por la caballería germánica, quienes aprovechando el terreno no permitían que mis refuerzos de caballería coronaran con éxito el ataque...
No se cuántas veces cargué contra esos cuadros dichosos. La fortuna no estuvo de mi parte en esta ocasión, ya que era importante abrir un hueco en esa zona que hubiese dado un respiro a los pobres lituanos, que sucumbían sin remedio. Las lanzas de la infantería teutona se alzaban en fiera estampa contra mis caballeros cargados de armadura que luchában con frenesí, estrellando sus monturas contra el bosque firme de picas. Una bonita estampa, aunque hubiese deseado ver quebrantados a esos infantes valerosos.
Fue una equilibrada batalla (¡Bravo, José Antonio!), dura, áspera en algún momento, en la que la balanza se decantó ora por unos, ora por otros, con estupendas posibilidades de victoria para ambos bandos en determinados momentos, que en esta ocasión trocáronse en humo para los polaco-lituanos, que veíamos cómo el incremento de nuestras bajas hacía que el triunfo se nos alejara con cada carga. El último intento de penetración por parte de Vicente y mía quedó en agua de borrajas, viéndonos frenados mientras la reserva de caballería teutona, al mando de Juan, remataba la faena y nos hacía perder la batalla.
Bueno. La próxima, a finales de agosto, si entre medias del período vacacional (¡Dios, no llegan nunca estas malditas vacaciones!) no hacemos alguna otra cosilla aislada. Ya veremos...
Comentarios
1)desplige; los Teutones concentrando todo su ejercito contra la mitad del ejercito polaco
2)Crisis de los teutones; en el turno 8 los jinetes lituanos de Jose cargaron contra lo Jinetes de Manolo ganando los combates Jose y haciendo una brecha en el flanco izquierdo Teuton, pero como el resto del ejercito polaco avanzo despacio no llego a aprovechar ese hueco que tenia el enemigo
3)Recuperacion Teutonica; llego el turno 11 y como los polacos no llegaron los teutones que eran buenas tropas se recuperaron destrozaron a todos los lituanos y ellos no sufrieron muchas bajas y estaban dispuestos a acabar con los polacos pero estos se rindieron
Por otro lado, no se qué parte avanzó despacio. Al menos desde mi parte, comencé a avanzar la caballería en el mismo primer turno, atacando tan pronto estuve en distancia.
No pudo ser, pero no nos rendimos.
Más que avanzar despacio creo que el problema fue que el ala derecha aliada no consiguió en modo alguno ralentizar el avance teuton. Ya detallaré en el blog, pero me parece que los hados no nos fueron propicios.
Yo no me rendí, yo me fui a por la cena, y no me dejabais mover.
¿No me dejábais mover?. Si, esperaré a esa respuesta tuya antes de decir nada.
Ya he dicho requiere extenderse más. Se juntaron varios infortunios, aunque pueden tener cierta lógica. Los arqueros a caballo con un -2 hicieron poco o nada de daño, siendo en contrapartida limpiados rapidamente. Y nuestras cargas contra cuadros teniendo un +2 fracasaban una y otra vez.
No era para rendirse, pero los teutones aguantaron y nuestro flanco derecho se hundió.
Espero que valga como explicación. En líneas generales los polacos pudimos desplegar mejor (a toro pasado es muy fácil). Movimos como supimos y nos dejaron y combatimos hasta que el tiempo acabo.
que el ala derecha aliada no frenó en absoluto a los teutones,CIERTO. Que el mogolloni de polacos de Vicente llegó tarde,CIERTO. Que los rumanos de José Luis duraron poco,CIERTO. Que la caballería de Pedro llegó tarde,FALSO.
La caballería anfibia de Jose luchó bien desbandando algunas unidades de Manolo,pero entre los turnos 8-11 desapareció del mapa... Quizá desde el otro bando me dió la impresión de que los aliados estuvieron poco coordinados para envolver a un enemigo infinitamente menor en número y aprovechar los éxitos conseguidos y -por contra- los tetones nos rehizimos bastante bien de los reveses que sufrimos hacia la mitad de partida,pero no deja de ser una opinión más...
Bueno primeramente voy a hacer un resumen de como vi la batalla.
El despliegue del bando polaco-lituano era histórico. Cada uno teníamos nuestras zonas asignadas y lo único que podíamos hacer era dentro de esas zonas desplegar como quisieramos las tropas de las cuales eramos responsables. Así que ahí, hay poco que rascar.
El bando teutón tenía una zona más limitada de despliegue, pero dentro de ella tenía una cierta libertad de colocar sus tropas a su gusto. Y acertó en poner el grueso de la caballería en la zona llana y la infantería hacia los bosques centrales del campo de batalla.
Una vez descubierto el despliegue, la caballería polaca del extremo izquierdo comenzó a moverse hacia los teutones desde el primer turno. Las fuerzas alrededor del rey estuvieron más lentas pero a toro pasado es fácil decirlo. En ese momento el rey era la pieza principal y todos suponíamos que los teutones iban a atacarle desde el primer turno. En su lugar, los teutones se fueron a por el ala deracha lituana.
En el ala derecha lituana teníamos tropas con menor moral y fuerza que los teutones, pero mucho más móviles y con más disparos. Al principio las cosas nos fueron bastante mal, pero poco a poco las tres personas que estabamos allí conseguimos no sólo frenar el avance, sino incluso ponerles en dificultades.
Desgraciadamente, no fue suficiente. Al C/C los teutones nos fueron eliminando lenta pero sistemátiamente. La caballería ligera lituana primero y la tartara después fueron completamente exterminadas. En esos momentos los polacos estaban intentando forzar el flanco derecho teutón y eran parados turno tras turno. Las fuerzas reales se embotellaron gracias a ese bloqueo teutón. Si hubieran roto, los teutones se habrían encontrado completamente dispersos. Pero no rompieron, y después de exterminar a los lituanos y tártaros, la caballería teutona comenzaron a concentrarse alrededor de su infantería. En el último turno estaba claro que los teutones habían conseguido aguantar y habían producido más bajas que los polaco-lituanos, por lo tanto reconocimos victoria a nuetros oponentes, pero no nos rendimos.
Y ahora, antes de irme de vacaciones, un comentario como presidente del club.
Hace un tiempo se escribió en los comentarios de este blog una frase que suscribo totalmente y que creo que define a la perfección el espíritu de muchos de sus miembros, y quizas incluso la totalidad de ellos: Soy un apasionado de la Historia y de la amistad y mis mejores amigos los he conocido al otro lado de una mesa de juego. Bueno, ahora llega el verano, creo que es un momento ideal para relajarse y pensar en dicha frase. Los compañeros del club son amigos, no oponentes. No en vano todos tenemos nuestros problemas ajenos al club y a veces estos llegan a la mesa de juego (a mí me ha pasado). Recordad, el club es para disfrutar, no para que se convierta en un problema más, como puede serlo la hipoteca, el curro, la letra del coche, la comunidad de vecinos o el colegio de los niños.
Pues eso, disfrutar de las vacaciones, disfrutar de las partidas y disfrutar de los compañeros (en el buen sentido ;-).
Que paséis un buen agosto. Un abrazo a todos.
DOS GAYS