Este pasado domingo, 18 de julio, celebramos lo que en principio podía ser una partidilla de una mañana, entre romanos imperiales y galos.
Nada histórico, sin muchas complicaciones, para pasar el rato. Sin embargo, lo que en principio iba a ser una batalla más, acabó convirtiéndose en una verdadera masacre, algo que creo que adquirió dimensiones épicas y que llegó a ser una pírrica victoria en la que ambos bandos nos dimos una buena tunda.
Se organizó un escenario en el que dos legiones imperiales, con sus respectivos auxiliares, ballistas y caballería se enfrentaban a tres tribus de galos, que presentaban una gran masa de guerreros, junto a carros de guerra, escaramuceadores y caballería. Había mucha tropa allí metida. La cosa prometía una buena batalla.
Por parte romana estaban José Luis (como comandante en jefe), Manolo, Vicente y Frank, mientras que con los galos luchábamos Javi (como caudillo Arverno), Juan, Jóse y yo mismo.
Los puntos fuertes de cada ejército
En el caso de los romanos imperiales, la estrella es la infantería legionaria, cuyo factor de combate es muy alto, lo que las hace superiores a la mayor parte de las tropas de su época, reflejando así su mayor entrenamiento y profesionalidad. Son realmente las unidades más sólidas del ejército romano, tanto para el ataque como para la defensa.
Para los galos, los protagonistas principales son las masas de guerreros que ansían combatir y lanzarse sobre los romanos. En este escenario, se determinaron dos condiciones para estos bárbaros.
A saber:
a) Si una unidad o grupo de unidades se hallaba a una distancia igual o inferior a 40 cm de una unidad pesada romana, debía tirar un dado. Un resultado de 1 a 5 hacía que la unidad se desmandara y fuese directa a por el enemigo, mientras que un resultado de 6 a 10 permitía que la unidad fuese controlada. Esto se demostraría en algunas ocasiones tanto positivo como negativo a lo largo de la batalla.
b) Para reflejar la impetuosidad de estas tropas, se añadía un +2 a la tirada del dado. Con ello conseguimos que las tropas galas sean ideales para una carga, que puede desbaratar las líneas romanas. Sin embargo este factor no lo poseen cuando defienden, por lo tanto, se prima el ataque con estas tropas. Además, los galos no tienen que hacer una tirada para ver si persiguen a la unidad en huida. Directamente corren a perseguir, situación que se repite mientras ganen los combates y se detienen sólo si son vencidos o empatan un combate.
Curiosamente, este tema surgió en el blog Soldados Viejos, en el que se debatía acerca de la excesiva fuerza de los Warbands en DBMM. Bueno, aquí surgió el caso y parece ser que llegamos a una situación relativamente equilibrada.
La Batalla
El despliegue de ambos ejércitos fue como sigue: a la derecha de la foto tenemos a los romanos, quienes desplegaron a su infantería legionaria enteramente en su flanco izquierdo, junto a varias unidades de caballería (vexillationes) y arqueros sirios. Su flanco derecho se encontraba protegido enteramente por las tropas auxiliares y arqueros, junto al resto de la caballería, en un claro flanco de contención.
Por nuestra parte, nuestras tropas estaba repartidas de forma más o menos igualada entre el centro, izquierda y derecha, si bien la parte más importante de nuestra caballería se encontraba concentrada en nuestro flanco izquierdo, junto a un nutrido grupo de arqueros y carros. Para nosotros, esta disposición resultó conveniente, ya que al enfrentarse nuestra izquierda con la derecha romana, compuesta enteramente por auxiliares nos ofrecía la posibilidad de romper sus líneas por este punto con más facilidad. La desventaja era evidente: los romanos intentarían hacer lo mismo desde el otro flanco. Debíamos contenerlos allí mientras golpeábamos contra los auxiliares.
Con todo ya listo, dio comienzo la batalla, que se abría con el avance romano hacia nuestra derecha, mientras que nuestros carros y caballería se aproximaban a los auxiliares a nuestra izquierda. Mis arqueros, que estaban apostados en un bosque cercano, salieron para apoyar el ataque de Juan, para intentar explotar al máximo cualquier oportunidad.
Así comenzaron las primeras escaramuzas en el centro y por nuestro flanco derecho, precediendo al avance de los legionarios. El bosque central fue objeto de disputados combates entre los auxiliares comandados por Frank y los hostigadores galos de Jose y Javi. El desenlace era el esperado. Los romanos se alzarían con el control de la foresta, mientras que nuestros hostigadores se retiraban tras haber frenado ligeramente el avance.
A la prudencia del avance legionario se le contraponía el posicionamiento agresivo de los carros, tanto en el centro como en nuestra izquierda, que comenzaron a hostigar y atacar tanto a legionarios como a los auxiliares. La mayor ventaja la teníamos en el flanco izquierdo, donde teníamos posibilidades de desmoronar la defensa de los auxiliares, a base de cargas de los carros y caballería, sostenidas por las flechas de los arqueros que iban produciendo daños y minaban de modo inexorable la defensa romana. Además, un grupo de mis guerreros se aproximaba con intenciones de reforzar el ataque en ese espacio. Si nuestro flanco derecho aguantaba a los legionarios, el plan podía funcionar...
En el momento en que los legionarios se encontraron a distancia para comenzar a hacer tiradas de control de los guerreros la situación comenzó a degenerar en pequeños combates, con éxito algunos e infructuosos otros, para consternación de Jose, que veía cómo sus guerreros se desmandaban sin control. Con todo ello, conseguimos ir frenando a los romanos, que poco a poco veían cómo se les escapaba el objetivo de tomar el bagaje enemigo. Todo era una pugna por ver quién conseguía romper la defensa del enemigo. Mientras tanto, en mi flanco izquierdo y gracias a las cargas de Juan y a los disparos de los arqueros, los auxiliares que defendían la posición iban dándose a la fuga, dejando un hueco por donde podíamos acceder al bagaje romano.
La verdad es que contado así en frío, parece un tanto inmediato, pero la batalla duró cerca de siete horas, que se dice pronto, pero la voluntad de resistir y de vencer estaba ahí, y las posibilidades, tanto para un bando como para otro, eran patentes.
Sin embargo, el desenlace se produjo. Y es que los romanos, viendo que no podían alcanzar nuestro bagaje, vieron la única oportunidad de vencer capturando al caudillo galo, con lo cual comenzaron a rodearle para evitar su huida y comenzaron a atacarle.
La última iniciativa iba a decidir la victoria. Si la obteníamos nosotros, alcanzaríamos el campamento enemigo y ganábamos; pero si la conseguían los romanos, el caudillo caería en combate y la victoria sería suya. Y la fortuna nos sonrió...
Jose saltaba de alegría, ya que había sido duramente castigado por el avance romano. Frank y Manolo se quedaron desolados, sabiendo que podían haber ganado en el último momento, en fin, una pírrica victoria para una dura batalla que yo calificaría de heróica por ambos bandos .
Muy buena jornada, comparable a la memorable batalla de Pavía, en casa de Frank, que también tuvo sus dimensiones épicas.
Comentarios
Está genial la batalla, así es como se atrae a la gente a este tipo de juegos. Grupos masivos de minis bien pintadas y escenografía.
Pero ¡¡¡7 horas!!! menudo palizón para todos, jaja
¡¡¡Enhorabuena!!!
No confiaba en que durase más de 4 horas y mira tu por donde, se convirtió en algo un pelín más prolongado. Fue una verdadera sangría, emocionante hasta el último momento. De infarto, vaya.
La próxima, este fin de semana. Será Tannenberg (1410), con teutones, polacos, tártaros...
menuda batalla! me tengo que leer vuestro reglamento para entender mejor cómo se desarrollan vuestras batallas, me interesa mucho.
me alegra que tengáis bien resuelto el tema de las warbands, como visteis en DBMM hay bastante disensión sobre su fuerza, hay quien dice que un ejército con warband es un ejército dopado!
pero es que en DBMM, matan con ventaja simple a toda la infantería pesada, además matan al oponente y a su fila trasera si la tiene, tienen bonificación por segunda fila, tienen un coste ridículo y sus bajas cuentan por la mitad, ¿me dejo algo? ah si, que esto es tanto atacando como defendiendo.
Lo dicho, dopados hasta las cejas!
Enhorabuena a todos.
Nota: Yo, Frank digo: Y de pensar que por un punto hubiera determinado la victoria! Frustación!
En fin, yo que estoy acostumbrado a que las victorias se me escapen de las manos por mala fortuna, he de reconocer que esta victoria me ha sabido a gloria, ya que todos luchamos bien, resistimos donde había que resistir y atacamos con fuerza donde había que hacerlo.
¡No sabes cuánto te echamos de menos en Tannenberg!