Estoy leyendo actualmente el libro de Matthew Parker Monte Cassino, dedicado a la campaña de inicios de 1944 de los aliados en Italia, concretamente a las duras batallas que tuvieron lugar en la conocida como Linea Gustav, en las que se vieron envueltos contra los atrincherados alemanes las tropas norteamericanas, inglesas, neozelandesas y australianas, pero también a norteafricanos del ejército francés, hindúes, nepalíes gurkhas, ... en un conglomerado multicultural de difícil coordinación.
El relato es muy duro, sin ambages ni retórica superflua. Narra en testimonios de personajes implicados en las batallas que tuvieron lugar entre enero y abril de 1944, tanto de un bando como de otro, en las cuales las bajas no solo se produjeron por las balas y explosivos de los soldados, sino que la climatología extrema también cobró un alto precio.
Las primeras acciones, a cargo de los estadounidenses, se vieron frenadas de forma muy violenta por las defensas alemanas, y los asaltos a las diversas cotas en torno a Cassino y su monasterio fueron descoordinadas e infructuosas, muy contraproducentes para la moral de los soldados, que veían cómo sus ofensivas sólo servían para diezmar y desangrar sus tropas, sin conseguir objetivo alguno.
Parker achaca el desastre de la ofensiva norteamericana a los mandos, absolutamente desconocedores de la terrible orografía y climatología a la que estaban sometidas las tropas, obligadas a atacar en condiciones completamente adversas contra un enemigo que controla las alturas y tiene capacidad de disparo completa desde diversos ángulos.
El relevo de los norteamericanos por neozelandeses, australianos y gurkhas es analizado por el autor como una inyección de tropas más profesionales y preparadas, que sin embargo, se ven abocadas a unas condiciones igualmente extremas, a ataques igualmente duros y a una situación de desgaste cercana al colapso total.
La verdad es que es una lectura muy cruda. Realmente sufres cuando te pones en el pellejo de los que allí lucharon. Es un libro que para mi, como jugador de wargames, tiene dos lecturas:
Por una parte, creo que nos hace una llamada de atención acerca de lo que la guerra es en si misma, miseria, locura y sufrimiento extremo, algo que no hay que olvidar cuando organizamos algún escenario. Es cierto que los que practicamos juegos de guerra sólo tenemos en cuenta los movimientos tácticos, las tropas, la vertiente más "ludica" de la guerra (los niños han jugado a soldados en cualquier época, y ésto no es más que una prolongación más sofisticada de ello). Por ello, cuando juguemos otra batalla, creo que podría ser interesante tener en mente que esas unidades de soldados de plomo que "comandamos" representan a los soldados que lucharon y murieron en las diferentes guerras de la humanidad, y que cuando nos "eliminan" a un batallón, compañia u otra unidad, en realidad representan las vidas de soldados reales. En fin, no pretendo ser moralista, pero es algo que tendré en cuenta la próxima vez que falle un test de moral...
Por otro lado, me ha puesto los dientes largos respecto a la Segunda Guerra Mundial. Los escenarios de las batallas de Cassino parecen difíciles, pero creo que se podría preparar algo referente a la toma de la ciudad por los neozelandeses y australianos, una batalla realmente dura e interesante. Miraré a ver que puedo hacer al respecto.
Bueno, es un libro que recomiendo, ya que también nos recuerda que hay algo más que Normandía y norteamericanos, que en Italia también se luchó y mucho , y que los aliados no sólo eran los Yankees.
Esto por ahora. Espero acabarlo pronto, ya que tengo tareas pendientes: El último libro de Pérez Reverte, Un día de cólera, y un libro que me han traido los Reyes, cuyo autor es Digby Smith y la editorial Inédita, cuyo título pinta realmente bien: ¡A la carga!. Es un estudio acerca del arma de caballería en época napoleónica, con relatos de batallas y demás. Muuuuy buena pinta.
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