Falta una semana para nuestra batalla de Hibera.
Está casi todo dispuesto. Los órdenes de batalla ya están en manos de los jugadores, que conocen con que tipo de tropas cuentan. Estoy ultimando algunas cosillas de última hora, como acabar de pintar unos cuantos cartagineses que quiero poner en la batalla, un par de elefantes o rematar el campamento que estoy construyendo. En fin, flecos que hay que recortar. Sin embargo, he de decir que, siendo esta la primera batalla en la que ejerzo de árbitro y sobre la cual he estado investigando bastante, me gustaría que mis compañeros se divirtieran y sobre todo que aprendiesen también algo sobre este período, para mi harto interesante.
El planteamiento de la batalla es bastante sencillo e igualado por ambos bandos, cada uno con sus características que los hace especiales, como por ejemplo, la supremacía en caballería cartaginesa o la potencia de los entrenados infantes romanos.
Sin embargo, me ha corroído el gusanillo de la investigación, ya que gracias al planteamiento de esta batalla he encontrado una serie de datos acerca del ejército cartaginés muy interesantes, que quizá replantee para futuras batallas.
El tema de los iberos ya lo he resuelto. Me queda la cuestión de los cartagineses, que generalmente se asocian en diversos reglamentos al prototipo de lancero. Para esta batalla los voy a considerar de esta categoría, quizá con una idea de reminiscencias hoplíticas tardías, un infante armado con escudo redondo y lanza, ya que aún no he conseguido localizar con mayor exactitud lo que estoy buscando. Sin embargo, queda para una próxima batalla el plantear el ejército cartaginés como un ejército de corte helenístico, armado con falangitas con picas, que poco a poco y debido al conflicto con Roma, va adquiriendo un sistema de combate similar al romano.
Tras la batalla de Cannas (216 a.C), el ejército cartaginés se rearma con material romano capturado, adoptando una forma de combatir diferente a lo que hasta el momento tenían por costumbre, excepción hecha parece ser de los mercenarios ibéricos, más familiarizados con este tipo de combate. Así pues, para próximos enfrentamientos, me propondré investigar este asunto, ya que me gustaría reproducir con la mayor fidelidad posible a los cartagineses, que para mi siempre tendrán el encanto del gallardo y sufrido perdedor como los sudistas de la guerra de la Secesión Americana o la Wermacht de la Segunda Guerra Mundial, ejércitos sobre los cuales muchos de los que habitualmente jugamos a juegos de miniaturas miramos con especial cariño.
Nos vemos en los llanos de HIBERA.
Está casi todo dispuesto. Los órdenes de batalla ya están en manos de los jugadores, que conocen con que tipo de tropas cuentan. Estoy ultimando algunas cosillas de última hora, como acabar de pintar unos cuantos cartagineses que quiero poner en la batalla, un par de elefantes o rematar el campamento que estoy construyendo. En fin, flecos que hay que recortar. Sin embargo, he de decir que, siendo esta la primera batalla en la que ejerzo de árbitro y sobre la cual he estado investigando bastante, me gustaría que mis compañeros se divirtieran y sobre todo que aprendiesen también algo sobre este período, para mi harto interesante.
El planteamiento de la batalla es bastante sencillo e igualado por ambos bandos, cada uno con sus características que los hace especiales, como por ejemplo, la supremacía en caballería cartaginesa o la potencia de los entrenados infantes romanos.
Sin embargo, me ha corroído el gusanillo de la investigación, ya que gracias al planteamiento de esta batalla he encontrado una serie de datos acerca del ejército cartaginés muy interesantes, que quizá replantee para futuras batallas.
El tema de los iberos ya lo he resuelto. Me queda la cuestión de los cartagineses, que generalmente se asocian en diversos reglamentos al prototipo de lancero. Para esta batalla los voy a considerar de esta categoría, quizá con una idea de reminiscencias hoplíticas tardías, un infante armado con escudo redondo y lanza, ya que aún no he conseguido localizar con mayor exactitud lo que estoy buscando. Sin embargo, queda para una próxima batalla el plantear el ejército cartaginés como un ejército de corte helenístico, armado con falangitas con picas, que poco a poco y debido al conflicto con Roma, va adquiriendo un sistema de combate similar al romano.
Tras la batalla de Cannas (216 a.C), el ejército cartaginés se rearma con material romano capturado, adoptando una forma de combatir diferente a lo que hasta el momento tenían por costumbre, excepción hecha parece ser de los mercenarios ibéricos, más familiarizados con este tipo de combate. Así pues, para próximos enfrentamientos, me propondré investigar este asunto, ya que me gustaría reproducir con la mayor fidelidad posible a los cartagineses, que para mi siempre tendrán el encanto del gallardo y sufrido perdedor como los sudistas de la guerra de la Secesión Americana o la Wermacht de la Segunda Guerra Mundial, ejércitos sobre los cuales muchos de los que habitualmente jugamos a juegos de miniaturas miramos con especial cariño.
Nos vemos en los llanos de HIBERA.
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