Aquí teneis unas cuantas fotos de la batalla de Camposanto:
Una panorámica con las líneas españolas a la derecha y las austríacas a la izquierda. Al centro superior, una ciénaga que impedía el paso a las caballerías de ambos bandos. Todo estaba listo para comenzar.
Las líneas austríacas y españolas comienzan el disparo de mosquetería en el centro de la batalla, a muy escasa distancia entre ambas. Comienza el intento de ruptura español por el centro, el cual no se conseguiría y acabaría en una retirada hacia Camposanto.
La presión de la mosquetería austríaca comienza a hacerse excesiva para las castigadas tropas españolas, que comienzan a verse desbordadas.
Al flanco derecho de los españoles, el enfrentamiento entre las dos caballerías es descomunal. La refriega entre ambas amenaza con flanquear a uno de los dos bandos. Finalmente, la victoria se decantón por los austríacos.
"Ya se acerca el enemigo. No se que sucederá. Parece ser que estamos igualados, pero el desenlace de este absurdo conflicto pasa por las balas y bayonetas de nuestros mosquetes."
Gaspar Leciñena.Teniente del regimiento Asturias.
Comentarios
Mein Gott! Es triste pensar que los españoles fueron una vez nuestros aliados. Pero hoy nuestras armas se han batido con ellos y resultamos victoriosos. Italia será nuestra nuevamente.
Creímos que no ibamos a saer capaces de desalojar a los españoles de sus posiciones en el poblado. Su caballería nos amenazaba el flanco izquierdo y las marismas entorpecían el movimiento de la nuestra. Afortunadamente nuestra caballería pudo aguantar la embestida y finalmente prevalecer.
Sin embargo fueron los cañones los que inclinaron la balanza de la victoria a nuestro favor. No obstante, nos llenó de admiración comprobar que los españoles salían de sus posiciones y avanzaban resueltamente hacia nosotros. Ach! bello espectaculo verles formados enfrentandose a nuestras bocas que escupían fuego sin parar. Pero su valentía fue insuficiente para nuestras balas de cañon y de mosquetes.
Poco a poco fuimos diezmandoles. Su flanco izquierdo estaba destrozado y la temible guardia valona corrió a taponarlo. Pero poco después cayó su centro y su inferioridad ya era manifiesta. Las armas asutriacas consiguieron acabar con gloria ese día.